lunes, 10 de enero de 2011

REGRESO

     Me preguntas  ¿dónde estoy? ¿Que qué haces ahora sin mí? Sigo aquí, regreso acongojada ante tu suplica.
     Sigo buscándome a mí  misma. Trato de vivir distante de los sueños irrealizables, con el único fin de no hacerme más daño, ya tuve mis dosis de dolor en repetidas ocasiones. Aunque eso es pasado, no quiero andar sobre esas huellas, deseo dejarlas marchar, que se borren como los pasos en un lejano desierto en el que sopla el viento del futuro.
     Juventud, inocencia, niñez. Yo también soy una niña, frágil, a punto de romperse a veces como una muñeca de porcelana.
     Ahora regreso a ti, en estas líneas tras el eco de tu llamada. Siento mis silencios, me disculpo, más no me mates de antemano...emerger de otros brazos más ciertos no es fácil, menos aún enfrentar el miedo al cambio. Todo es anhelo y desconcierto. Mi pecho late agitado. Tengo que hablar tantas cosas conmigo. Poco a poco he de despejar tantas incógnitas. No quiero arrancar mis alas de mariposa antes de haber echado a volar. De  momento sigo siendo libre. Libre de cruzar horizontes inciertos, para acercarme a tu mar, a tu orilla y cobijarte con mi aliento, con mi ternura en el regazo de mi pupila, que te observa, y acuna para calmar tu desasosiego. No estás solo, no lo dudes, tu eres yo, yo soy tu. Tu hálito está contenido en mi palabra, sin tu inspiración no podríamos navegar en este mar de inconsciencia.  No temas esta llama no se apagara por mucho que sople el viento de la destrucción y el olvido… Si me buscas, con impaciencia en cada poesía, no tendré más remedio que ir a tu encuentro, hablarte con voz queda al oído y hacerte comprender, que estoy  aquí apoyándote en cada locura que te enriquezca por dentro, en cada brinco de eternidad incierto.
     Estoy aquí para la eternidad, nuestra eternidad poética.


No hay comentarios:

Publicar un comentario