Distante te hayas, para envolverte con las sábanas de mi piel, para seducir con mis caricias tu cuerpo desnudo. Más lejano aún te me antojas, para besarte sin más miedo que el de morir de amor.
Sensibilidad a flor de piel, explosión de ideas, miedo en el alma...no, no quiero morir antes de nacer en el hueco de tu abrazo, ficticio y lejano, no deseo que las palabras arranquen la cordura de mi pecho. Sé muy bien, que todo esto es tan solo precioso lirismo. A veces se me cae la venda de mis ojos, y le pierdo el miedo a ser tal cual soy, me reconcilio con mi critica naturaleza, y, echo andar, con paso seguro hacía lo desconocido...y al final del misterioso túnel, sé que me esperas con una generosa lluvia de preciosas letras, que conforman un lenguaje cifrado para nuestros sentidos.
¡Celebro que te cruzases en mi camino! ¡Que seas mi compañero de viaje en este lugar ignoto! Concédete sin dudarlo, la satisfacción de ser quien eres, pues si tú no eres tú ¿quién ocupara ese divino lugar en el universo? nadie, nadie más que tú, puede ilusionarme tan solo a través de sus paranoias y frases llenas de verdades sensibles. Dame de beber de tus ilusiones, de tus búsquedas, comparte tus dudas y siembra esta amistad de poesía y dicha. Porque Barcelona ya está en mis pensamientos a cada momento, y la ciudad de tu alma y de tus sueños duerme cada madrugada bajo mi almohada para procurarme un sueño dichoso. Mil besos por ser como eres y enriquecerme con tu inspiración.
Que las notas de esta inglesa afincada en España, llamada Alondra Bentley te acaricien como a mí.
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