Alberto Joli, este blog ha nacido para emprender la aventura que nos hemos propuesto. Por un lado tenemos el objetivo de conocernos, de ahondar en nuestras almas y como me dijiste beber de nosotros mismos. Por otra parte me gustaría que escribiésemos esa especie de Nívola de Unamuno, entre los dos. ¡El reto ha comenzado! Será de imaginación o ficción o basada en hechos reales, podríamos comenzar a hablar de nosotros mismos, de nuestro pasado, de nuestros sueños y objetivos en la vida, así como de aquellos que nos influyeron y nos llevaron a ser quienes somos en la actualidad. Nosotros elegimos. Cada entrada puede ser una especie de capítulo de esa especie de novela epistolar que está por nacer y aún no es más que niebla. Estoy muy ilusionada con este proyecto y desde aquí te envío un cariñoso abrazo, espero que lo sientas en tu piel, a pesar de la distancia que nos separa. Un beso.
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ResponderEliminarQuerida Marta Muñoz,
ResponderEliminarAnte nada agradecerte eternamente la posibilidad que me brindas y el reto que me planteas y al que me lanzo con todo el alma. Ando últimamente escaso de sueño solamente pensando en recibir de ti o en escribir para ti. Ahora con esta nueva aventura voy saltando de insomnio en insomnio para tratar de agarrar de mis más adentros la expresividad y grandilocuencia que para ti necesito, quiero y preciso.
Des de estas letras sé muy bien que llegarás a conocerme mucho más que tal vez nadie... dentro de un tiempo nos quedaremos mirando al cielo un rato grande (yo des de este allí tuyo y tu des de ese allá mío) y comprenderemos tal vez ese misterio de las sombras, esa dicha entredicha de tu acento y mi palabra; allí donde crecen los muros y la hiedra; por encima del aire; debajo de la luz...
Te escribiré por ahora mis palabras en forma de cartas hasta que decidamos la verdadera forma de lo que aquí trataremos. De todos modos tenemos de guía el instinto, de maestro el corazón y de herramienta la palabra. Con dichas directrices solamente puedo asegurar un triunfo absoluto de nuestra más preciada libertad; la que tú me permites y la que yo te concedo.
Recibe mi primer y más sincero abrazo de entre este universo tuyo y mío, que lo correspondo al que tú me mandas y que de buen parecer ya noto en mi piel.
Albert J Ruiz