INTIMO

     Sentí tu abrazo, acurrucarse en mi vientre, al leerte en esta sopa de dudas existenciales que cocinas a menudo en estas líneas, para mi disfrute. Y anoche sentí la caricia de tu aliento, al traerte a mi memoria, cuando mi corazón latía preso de arritmia al cruzarse mi mirada con los ojos enfadados de una historia ya pasada. Tu recuerdo salió del río de la vida, para imponer calma en mi interior, y con serenidad pasmosa una sonrisa irónica se dibujó en mi rostro y pude de nuevo dar lo mejor de mí: salude a mi familia de almas y pose las alas de una mariposa sobre ese pasado crispado, que yacía sentado en una vetusta silla de madera. Derrame cortesía, lo salude, y, di media vuelta para proseguir con mi vida en solitario. Me pregunté viajando a otro universo del pasado, con un vaso de té en mi blanca mano, mientras hablaba con Helena de Troya, si yo podría convertirme en una Penélope del presente por un Ulises que a mis espaldas clavaba su espada invisible en mi pecho. Y supe que yo no había nacido para ser víctima ni para auto inmolarme, más que en los versos poéticos, allí si pediría yo mi muerte. Lo que no puede ser no es, lo difícil es aceptarlo. No nos damos cuenta de que para encontrar nuevas y deliciosas experiencias tenemos que cerrar la puerta del pasado. Y así lo decidí. Con el recuerdo de tu lírica y de tu vena doliente, escuchando la vibración de mi palpitar fundiéndose con la melodía vibrante de unas cuerdas de una guitarra española, que acompañaban con sus punteos a alguien que generoso nos brindaba la jugosa dádiva de su garganta en directo. Y después tan solo estas tú y esa amistad que se nutre de nosotros, de la electricidad de nuestras conciencias, del hálito de nuestras existencias ávidas de vivir algo diferente que nos haga despertar y gozar de un misterio que acaso no alcanzamos ni a imaginar.

     Sirvan estas palabras sobre lo íntimo para mantener la flexibilidad de ese puente que hemos dibujado de tu ciudad a la mía, que nació de esas palabras mágicas que un día se escribieron solas para darle título a esta aventura Viajaré a tu tierra...Hemos emprendido este viaje los dos, un trayecto que nos acerca al mundo de las palabras, de los sentimientos, de los miedos más profundos y nos une en la nave de la escritura. Gracias por tus ilusiones y por dejar manar la sangre que es poesía de tu interior. No hay nada que me moleste o me pueda molestar de tu bella locura, pues de ella me alimento y me da más fuerzas que media docena de pastillas que desayune a diario. Te envío mi cariño para que con su fuerza derrita las nieves de la ciudad condal a tu paso...

     PD: Te dejo una tema  de Antony and  Johnson-Hope theres para regalarte el oído.